Hace dos años escribí esta entrada, Adiós Dulce Pena, Adiós Rincón Vencidos, aquella entrada fue para celebrar que dejaba a un lado la pena, que dejaba a un lado el pasado y que empezaba un nuevo cambio. Aquello que quizás pudo parecer improvisado, o repentino, llevó varios días de trabajo en este blog, y sobretodo muchas ganas, ilusión y tiempo para hacerlo.
Ahora ha pasado el tiempo, las situaciones cambian, el tiempo del que dispones no es el mismo, ni tus proyectos son aquellos, ahora todo ha cambiado. No puedo negar que ahora tengo mucho menos tiempo para el blog y más proyectos en mi mente. Muy próximo está El Rincón, después el Tawq, un libro solidario, el tercer torneo de Caballeros Cristal, otra novela, de relatos cortos...
Por eso, esto es un adiós para siempre, o al menos un adiós indefinido. Esta vez no volveré en un par de semanas, ni en un par de meses, necesito tiempo. Necesito dedicarme a esos otros protectos, no puedo olvidar lo que los blogs han significado para mí. Si hoy mi forma de escribir emociona, si llega a alguien, si os gusta ha sido por todo lo que he aprendido en estos cuatro años (dos en Rincón Vencidos y dos en Piel Promesa)... por eso siempre estarán presentes en mí.
El blog seguirá abierto, incluso habrá dos entradas más que serán para promocionar mi primera novela, El Rincón de Los Vencidos. Pero éste es mi último adiós.