El Rincón de Los Vencidos

Nuestro Rincón, Nuestra Historia

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Éste es el título de mi primera novela. Como dijo Luis Landero: “Toda novela es la sombra de otra, perfecta y arquetípica, que el escritor ha vislumbrado en sus ensueños”.

Es una novela ambientada en una universidad, donde dos amantes sufren las desventuras del amor. La universidad es más que estudiar, y ellos aprenderán esa lección. Más información aquí.



Un Sueño Cumplido. Desde El Rincón a Ti.

Ese fue mi primer libro, que salió a la venta en diciembre de 2009. Si quieres adquirir un ejemplar, pincha aquí. Gracias

25 de febrero de 2011

Olvidar Los Recuerdos

Para mí los poetas poseen la magia de poder explicar con palabras los sentimientos que las personas podemos llegar a sentir, tales sentimientos como el amor, la ilusión, o la desesperanza. Yo, por mi parte, como aprendiz de poeta, pienso que todas las personas podemos llegar a amar y sentir de una forma distinta. Sin embargo, en los amores imposibles nuestras almas sí se puden tornar similares.

Por ello, y es algo que nunca he explicado, la mayoría de mis poemas, de mis escritos, versan sobre éstos y sobre sueños imposibles. El poema que os dejo a continuación fue recitado por mí en el quinto recital de la E.O.I de Vélez Málaga.


Recuerdo cuando, para mí, la felicidad eras tú.
Tus ojos marrones, tu sonrisa inocente y
Aquellas palabras cortas y mal pronunciadas,
Eran mi perdición, y hoy las echo de menos.

Aquellos días fueron mágicos, interminables,
A tu lado lo viví todo y algo más.
Sentí alcanzar ese cielo donde sólo estabas tú,
Esa felicidad por la que hubiera vendido mi alma.

Mas, ¿de qué sirve un recuerdo si no se puede compartir?
Tus ojos, tu sonrisa y tus palabras eran parte de mí.
Sin embargo, para los ojos de los demás no fuimos nada.
Sólo fuimos desconocidos, dos amantes ocultos.

Y ahora, sólo queda bañarme en la tristeza del recuerdo,
Enjuagar mis lágrimas en la sal de nuestra memoria,
Olvidar lo que un día fuimos y borrarte de mi alma,
Entender que vivir un amor secreto no deja más que dolor.





12 de febrero de 2011

Son lágrimas de La Dulce Pena

Hace algún tiempo escribí en El Rincón de Los Vencidos:

Cáncer, Maldito Seas


La relación que hubo entre los dos nunca fue más allá de lo estricto, de lo familiar, pero, tampoco fue mala. En mis recuerdos, y espero que en los tuyos también, aún quedan aquellos días, aquellas noches en aquella piscina seca jugando al tenis, en aquella era jugando al fútbol, sí, allí, dónde entre todos me disteis con el balón en la cara porque yo no quería jugar con vosotros, ya que me daba mucha fatiga al ser muy malo.

Aquellos días cuando nos perdíamos por el campo, cuando te miraba y veía al hombre que quería ser, tú, tu hermano y nuestro primo, erais mis modelos a seguir en la vida, pero, nunca os seguí, siempre fuisteis mis guías sin saberlo, nunca os lo dije, y nunca lo sabréis. Contigo quizás estuviese menos tiempo que con ellos, eras mayor, eres mayor, pero no importa, supiste guiarnos mejor.

¿Recuerdas aquel día que sacamos el tronillo por tu campo? ¿Recuerdas que dijiste que le pidiéramos al testigo de Jehová que ellos seguro que nos darían dinero? Yo sí, y aún sonrío, y sonrío más porque no nos dio. Desde aquellos días hasta hoy ha pasado mucho tiempo, tal vez catorce o quince años, en ese tiempo nos hemos visto pocas veces. Cómo se suele decir las justas, incluso podría contarlas con la mano.

Aquella vez que te golpeaste los testículos, y te visité con la abuela, que ya no está, y también nos vimos cuando ella falleció, juntos llevamos su ataúd, a pesar de tu estar malo. A pesar de tu enfermedad, quisiste colaborar a llevarla, sabes, ese día lloré de dolor, y de emoción. El dolor por perderla a ella, y la emoción por ver tu superación, por saberte ahí y que estabas bien. También estuvimos muy juntos aquella mañana, en mi cuarto, preguntándome sobre la vida, y yo, sin atreverme a preguntar por la tuya, por si removía alguna herida.

Siempre que nos vimos, lo hicimos en momentos familiares. Pero, tu padre, y tu hijo, casi todas las semanas iban a mi casa a ver a nuestra abuela, y, siempre le preguntaba por ti, por suerte, ibas bien, ibas mejorando y la enfermedad remitiendo. Hubo momentos difíciles en ella, en los que me hubiera gustado ayudar, darlo todo, dar lo que necesitabas, pero, no pude. Sin embargo, a pesar de lo que te dijeran y te doliera, ahí estuvo la familia. Ahí estuvimos contigo. Siempre apoyándote.

Ahora, esta maldita noche, esta maldita navidad, este maldito año, esta maldita entrada de año, siempre estará en mi memoria cómo el día que me dieron esta maldita mala noticia. Estabas en el hospital y te han dejado salir, tú no sabes lo que pasará, sólo algunos de nosotros, tú vivirás en la ignorancia hasta tu último día, pero, serás más feliz que los que sabemos que todo acabará cualquier día. Por eso, me gustaría verte, me gustaría estar a tu lado, pero tengo miedo, tengo miedo de ser débil, de que leas en mis ojos, de que dudes y sepas la verdad.

No quiero ser yo quién te dé la noticia, no quiero que te la dé nadie. Quiero que vivas en la ignorancia pero feliz. Yo necesitaba desahogarme, necesitaba llorar en soledad sin que nadie lo supiera, por eso escribí esto en el cuarto, porque sé que nunca lo leerás, y nadie escuchará mis llantos. No te olvidaré jamás, eso ten lo por seguro… Esta vez, más que nunca puedo decir, “por aquí todos estamos bien, luchamos por seguir como aprendimos de ti”

Han pasado algo más de dos años desde entonces. Por suerte, para todos él pudo soportar aquella vez. Pudo aguantar, no sin dolor ni sin recaídas, pero fue ganándole el pulso a la enfermedad, al cáncer. Estos días estaba aparentemente mejor, incluso había disfrutado la noche antes con su familia, pero de repente, todo se torna, una neumonía hace que llegues al final, y todo se apague lentamente...

Treinta años de vida, 9 aguantando esta enfermedad y un día se acaba todo para ti, y ahora nosotros empezamos a sentir ese dolor que tú sentiste tanto tiempo. Te echaremos de menos, jamás pensé que asistiría al funeral de un primo mío siendo tan joven, no lo entiendo, la vida no es justa. Y si nos vimos poco, o pasamos poco tiempo juntos no importa ahora, tengo cientos de recuerdos a tu lado y me acompañaran por siempre. Y, durante el resto de mi vida tendré un recuerdo tuyo, un momento que me llenó de emoción, cuando estabas enfermo, cuando llevamos juntos el ataúd de nuestra abuela. 

Allá donde estés descansa en paz primo. No sé que decir, no sé nada.

2 de febrero de 2011

Seis Años...

Cuando caiga la noche, espera mi visita,
pues veo que la noche es quién mejor encubre los secretos.


Hasta que de repente un día despiertas,
piensas en todo lo que pasó aquella tarde,
justo seis años atrás: aquella complicidad, miradas,
palabras, y una pregunta... ¿tú quieres estar conmigo?
Y para responder otra pregunta: "¿Yo? Siempre". Otro beso.

Han pasado seis años, seis aniversarios,
Aún recuerdo cuando nos entregamos la alianza,
Las tardes de celebración y estudios. Todo el amor.
Y ahora, por casualidades de la vida, estamos separados
Pero el tiempo ha seguido pasando y el amor sigue creciendo.

Recordarás aquel hechizo de magia negra,
al igual que yo. Y pensaras en la primera despedida,
el primer mensaje, y en la primera vez que nos hemos separado.

Todo lo que hemos vivido, lo que hemos soñado, sólo es amor.
Quiero que siempre sea así, tenerte a mi lado al amanecer,
Abrazarme a tu cintura en cada mañana, y besarte.

No tengas en cuenta mis lágrimas, pues hánse brindado para evitarles a tus ojos derramarlas ya que ahora ellos deben permanecer hermosamente abiertos por lo mucho que han de mirar y de ver.


M. Lasala