El Rincón de Los Vencidos

Nuestro Rincón, Nuestra Historia

Cómprala desde aquí

Éste es el título de mi primera novela. Como dijo Luis Landero: “Toda novela es la sombra de otra, perfecta y arquetípica, que el escritor ha vislumbrado en sus ensueños”.

Es una novela ambientada en una universidad, donde dos amantes sufren las desventuras del amor. La universidad es más que estudiar, y ellos aprenderán esa lección. Más información aquí.



Un Sueño Cumplido. Desde El Rincón a Ti.

Ese fue mi primer libro, que salió a la venta en diciembre de 2009. Si quieres adquirir un ejemplar, pincha aquí. Gracias

24 de noviembre de 2010

Tarde Ya

Ella miente y evade la realidad
Sigue su camino dispuesta a olvidar
Las heridas que esconde su corazon
En el vacio de su soledad
Sin embargo te refugias buscando un sitio tras el sofa
Confiando que algun dia el viento deje de soplar.

Eva - Tyr



Su amor eran dulces besos sobre mi cuerpo
Sus caricias leves susurros en mis oídos
Su mirada, magia que hacía a mi alma volar.
Sus celos, golpes que me traían de nuevo a la realidad.

Su odio puñales clavados en el fondo de mi corazón.
Sus palizas eran lágrimas que, tatuadas a fuego,
Recorrían mi cara, mi ser, y morían en silencio.
Su superioridad, su aparente grandeza, fue mi muerte.

Mi primera visita a urgencias, sólo un mal recuerdo.
Su primer perdón palabras vacías que yo, enamorada,
Tomé ciertas y olvidé porqué llegaron…
Su mano fue el hacha del verdugo que me tornó en alma.

Y ahora, sus flores, rosas rojas –mis favoritas–
Sólo son un gesto más que no pondrá fin a este dolor,
Sus regalos ya llegaron tarde…
Su mano fue el hacha del verdugo que deshizo mi cuerpo.

Jamás escuché aquellas voces amigas
Que en silencio, y con miradas me ofrecían su ayuda.
Yo sólo maquillé sus golpes tras mis manos,
Y ahora sufro porque no podré darle las gracias por sus rosas.
Ahora sufro al verlo llorar frente a mi tumba.

Nunca tuve que seguir a su lado tras su primer golpe,
El silencio no es la solución ante su odio, ante su maldad.
No.
La única salida es hacerle frente y denunciarlo.
No estamos solas, y ahora, las flores, no sirven de nada.

0 Prometieron:


No tengas en cuenta mis lágrimas, pues hánse brindado para evitarles a tus ojos derramarlas ya que ahora ellos deben permanecer hermosamente abiertos por lo mucho que han de mirar y de ver.


M. Lasala