El Rincón de Los Vencidos

Nuestro Rincón, Nuestra Historia

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Éste es el título de mi primera novela. Como dijo Luis Landero: “Toda novela es la sombra de otra, perfecta y arquetípica, que el escritor ha vislumbrado en sus ensueños”.

Es una novela ambientada en una universidad, donde dos amantes sufren las desventuras del amor. La universidad es más que estudiar, y ellos aprenderán esa lección. Más información aquí.



Un Sueño Cumplido. Desde El Rincón a Ti.

Ese fue mi primer libro, que salió a la venta en diciembre de 2009. Si quieres adquirir un ejemplar, pincha aquí. Gracias

25 de septiembre de 2010

El Más Triste Adiós


El más triste adiós es aquel que no se pronuncia,
Aquel que se encubre en los labios de un hasta luego,
Aquel que por miedo no se dicen los amantes,
Aquel que esconde los sentimientos de un loco,
Aquel que nos separó por siempre sin pretenderlo.

Jamás llegué a entender tu despedida,
Ni siquiera tú conocerías la verdadera causa.
Éramos un alma dividida en dos fragmentos,
Y tú, aún sin saberlo, decidiste separarnos.

De tu boca nunca escuché palabras de amor,
No las necesitaba, me la decían tus ojos,
Tus manos, tu piel, tu cuerpo, tus sueños…

Sólo una vez pronunciaste un hasta luego
Por miedo a un loco que siempre te amó.

Por eso, el más triste adiós es el mío.

3 Prometieron:

Consol dijo...

Te entiendo tanto. Aquí sigo sin saber el motivo de su despedida. Y sigo llorando como aquel día. También mi adiós no pronunciado fue el más triste

Un beso

Gema Frías Luque dijo...

Josemy la verdad es que tienes toda la razón del mundo, tu haces muchos comentarios y en este caso yo, en tu blog aún no te he dejado ninguno, sabes de sobra que el afecto y la admiración es mútua y que siempre que grites yo te voy a oir... Que tienes una habilidad que has de trabajarla para el día de mañana ser un personaje más interesante todavía. Un beso y sigue luchando...

Josemy dijo...

Siberia, gracias por tus palabras, y perdona el retraso en las mías.

Gema, muchas gracias mujer. No sé que decir.


No tengas en cuenta mis lágrimas, pues hánse brindado para evitarles a tus ojos derramarlas ya que ahora ellos deben permanecer hermosamente abiertos por lo mucho que han de mirar y de ver.


M. Lasala