El Rincón de Los Vencidos

Nuestro Rincón, Nuestra Historia

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Éste es el título de mi primera novela. Como dijo Luis Landero: “Toda novela es la sombra de otra, perfecta y arquetípica, que el escritor ha vislumbrado en sus ensueños”.

Es una novela ambientada en una universidad, donde dos amantes sufren las desventuras del amor. La universidad es más que estudiar, y ellos aprenderán esa lección. Más información aquí.



Un Sueño Cumplido. Desde El Rincón a Ti.

Ese fue mi primer libro, que salió a la venta en diciembre de 2009. Si quieres adquirir un ejemplar, pincha aquí. Gracias

8 de junio de 2010

Ódiame en Silencio


Ódiame en silencio,
En la noche cuando necesites de mí
Durante la mañana, mientras me piensas
O en la tarde cuando crucemos miradas.

Ódiame en silencio,
Tu alma sabe que necesitas hacerlo,
Que te he dañado demasiadas veces,
Cuando llorabas la ausencia de otro.

Ódiame en silencio,
Ahora que no puedes decírmelo a la cara,
Que no te importe que él no desee tu cuerpo
Y yo lo anhele suspirando a cada instante.

Ódiame en silencio,
Si tu alma se desangra por mi amor.
Si mi mano llega tarde a tus lágrimas,
Si sabes que le amas, y yo a ti aún más.

Ódiame en silencio,
Como aquella vez que tus labios le rozaron,
Y yo, deseoso de más, alejé mi piel de ti.
Y tú despertaste de aquel sueño, sola, sin él.

Ódiame en silencio,
Que no te importe que yo te ame, y él no.
Desea mi muerte, porque él sólo te causará dolor.
Yo, soy la causa y la solución de tus problemas.

Ódiame en silencio,
Es tan fácil como dejar que mis palabras te hieran,
Como imaginar que desgarro tu corazón,
Cuando sólo intento resguardarlo del frío invierno.

Ódiame en silencio,
Recuérdamelo a cada segundo
Hasta que los dos nos creamos
La mentira, y ya no te odie yo.

2 Prometieron:

Consol dijo...

Precioso poema amigo. Me ha encantado. Me ha hecho sentir. "ódiame en silencio" pero creo que ni me odia y yo lo preferiría

Un abrazo

Josemy dijo...

Siberia, muchas gracias por tus palabras amiga. No prefieras que te odie, el odio nunca es mejor...

Abrazos.


No tengas en cuenta mis lágrimas, pues hánse brindado para evitarles a tus ojos derramarlas ya que ahora ellos deben permanecer hermosamente abiertos por lo mucho que han de mirar y de ver.


M. Lasala