El Rincón de Los Vencidos

Nuestro Rincón, Nuestra Historia

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Éste es el título de mi primera novela. Como dijo Luis Landero: “Toda novela es la sombra de otra, perfecta y arquetípica, que el escritor ha vislumbrado en sus ensueños”.

Es una novela ambientada en una universidad, donde dos amantes sufren las desventuras del amor. La universidad es más que estudiar, y ellos aprenderán esa lección. Más información aquí.



Un Sueño Cumplido. Desde El Rincón a Ti.

Ese fue mi primer libro, que salió a la venta en diciembre de 2009. Si quieres adquirir un ejemplar, pincha aquí. Gracias

24 de octubre de 2009

Abismo

Miró hacia delante y sólo había un precipicio, miró hacia atrás sólo estaba su pasado, del cual estaba huyendo.

Aún así decidió retroceder y no tirarse por el acantilado, sino volver junto a su pasado ese que tanto le había dañado.

Lástima, jamás podrá saber que tras ese abismo estaba ella esperándolo verle caer para sujetarle.

14 de octubre de 2009

Atracción Amorosa

Lo que me pides no puedo hacerlo, lo siento mucho. Sé que quizás tú me ames, pero lo que yo siento por ti no va más allá de la simple atracción, de ese juego que un día empezó con miradas y coqueteos y desembocó en todo esto. Quiero que sepas que lo siento, de verdad, a mí me duele tanto como a ti, pero no puedo dejarlo todo y seguirte, yo no tengo ese valor y lo que siento por ti no me lleva a hacerlo.

Recuerdo que éramos compañeros de clase, pero al principio no me fijé en ti yo tenía una novia, la que sigo amando ahora y tú me pides que la deje para irme a tu lado. Todos los chicos decías que estabas muy buena, así sin más. Decían que tenías buen cuerpo, y en esos momentos comencé a fijarme yo también, te miraba cuando tú no te dabas cuenta, buscaba tu cuerpo y tus curvas cuando todos descansaban de mirarte, quería que fueses sólo para mí. No lo conseguía. Con el tiempo empezamos a hablar, éramos compañeros de clase y era lógico que tuviéramos que pedirnos apuntes y esas cosas.

Del compañerismos surgió la amistad, y de la amistad el roce, del roce el deseo y del deseo nuestro primer beso. Pero antes de ese beso ya había conseguido agarrarte por la cintura, sí, no sabía el motivo pero te agarré lentamente por la cintura y fue una sensación sin igual, tú me la devolviste con una sonrisa… Y en aquel entonces, con tu sonrisa había descubierto que además de un cuerpo precioso tenías unos ojos que hipnotizaban, y yo siempre fui fácil de hipnotizar. Te acercaste a mí con tus ojos, buscando algo, pero yo no te lo di, sin embargo sí te di un beso, y no sé por qué, yo tenía novia en aquel entonces y la sigo teniendo ahora. Además tú también lo sabías, sin embargo no rehuiste de mis labios, no sé porque. Cómo dijo aquel escritor argentino de bahía, por un segundo lo olvidamos.

Desde entonces hasta la próxima vez que volvimos a hablar pasó algo de tiempo, un par de semanas, yo nunca le dije nada a nadie, y mucho menos a mi novia. No sé si tú lo hiciste, jamás te lo pregunté, no soportaría saber que alguien más sabe que fui infiel. Pero volvimos a encontrarnos y volvió a suceder, esta vez con más ansia, con más deseo y no fueron sólo besos. Tú lo recordarás tan bien como yo, cómo nuestras manos recorrían nuestros cuerpos, esa fue la primera vez pero no la última.

En este tiempo hemos llegado a hacer el amor, varias veces, no nos bastaba con nuestros besos para desfogar la pasión, ambos necesitábamos más, pero cada uno por una razón distinta, tú por amor, yo por lujuria. Para hacer el amor sintiendo algo por la otra persona ya tenía a mi novia, que la engañaba, la engañé mucho pero la amaba. ¿Sabes? Ella me ama y no puedo dejarla tirada por todo esto.

No puedo seguirte más, lo siento, cuando todo empezó yo no era consciente de que podríamos llegar a tanto, yo ni siquiera sabía que tú me estabas amando, y es que yo sólo miré tus curvas y tus ojos, la forma de hacerme el amor, y no te pedía nada más que no fuese sexo y besos, pero tú siempre quisiste más y yo no supe verlo, y ahora me doy cuenta, tarde pero me doy cuenta: quieres que deje a mi novia y me vaya contigo, que hagamos una vida juntos, pero lo que me pides no puedo hacerlo. Lo siento, tú para mí sólo fuiste un deseo, una ilusión que sé no debiera haber probado nunca pero lo hice.

Mañana todo será igual, sólo seremos un recuerdo por eso no te preocupes. No nos volveremos a besar, al menos no si me pides amor, o si me pides que la deje. Yo no puedo hacerlo, jamás lo haré, la amo… pero, seguramente ella me deje cuando se entere de lo nuestro, entonces no sé que podría pasar entre nosotros dos.

Jamás debí agarrarte por la cintura y mirarte tan fijamente a los ojos, jamás te debí besar.

5 de octubre de 2009

Indiferencia

Ella era mi prima, sin embargo ese detalle no fue un impedimento. Había conseguido enamorarme con sus curvas, y su indiferencia hacia mí…

Nos veíamos poco, y cada vez que lo hacíamos más me gustaba. Es todo muy difícil de explicar. Ella es algo menor que yo, un par de años, y es perfecta para mí… si no fuéramos familia… si tuviera el valor para decirle lo que siento sin temor a lo que piensen de mí mis padres o los suyos. Si pudiera mirarla y ver más allá de su indiferencia, me arriesgaría por ella, pero así no soy capaz.

Tampoco recuerdo con seguridad cuando comenzó a gustarme y empecé a desearla. Quizás sería a los 15 o16 años, yo no tenía mucho trato con ella, pero apareció en el funeral de mi abuelo –tío abuelo suyo– y entonces vi su cuerpo, aún era una niña, pero se estaba empezando a desarrollar y me dejó helado. Tan sólo nos rozamos con dos besos, pero dejó su olor en mi piel y unas ansias locas de probar su cuerpo.

Días después le pregunté a mi madre por ella, por su padre… y me estuvo contando muchas cosas, incluso prometió que un día iríamos a verla. Pero ese día se demoró casi un año, por suerte para entonces mi prima había seguido desarrollándose y estaba aún mejor de lo que la recordaba. Aquel día también pasamos algún tiempo juntos, en la misma habitación, pero por más que intentaba robarle miradas, o sonrisas, no pude conseguir nada de ella, ni siquiera una sonrisa. Tan sólo, como la primera vez, dos besos y llevarme el deseo de gozar de sus labios más allá de la cortesía.

Meses más tarde después de aquel encuentro falleció la abuela de ella, esta vez, tía abuela mía. Y como ellos hicieron cuando murió el mío, mi familia y, por supuesto, yo fuimos a darle el pésame. Sé que no debería haberme fijado en ella en aquel momento, igual que tampoco debí haberlo hecho la primera vez que la vi. Pero no pude evitarlo, su piel morena, y sus curvas se adueñaron de mi mente, me impedían pensar en otra cosa que no fuese ella, y ella pensaba en cualquier cosa menos en mí.

Siguió pasando el tiempo, y por fin volví a verla, no había podido quitármela de la cabeza ni un solo segundo, esta vez nos encontramos por la calle por azar, o eso era lo que yo quería que pensara ella, porque yo sabía muy bien lo que hacía y porqué estaba allí, igual que sabía que de su mirada sólo recibiría indiferencia, como si no existiera, pero también sabía que debía luchar por robarle los dos besos y acariciar su cintura suavemente… ¿Y cuál fue mi sorpresa? Esta vez no fui yo quien tuvo que mendigar los dulces besos, ella se abalanzó a mi cuello, a mi cuerpo, y me rodeó la cintura, para no darme los dos besos, ni siquiera uno en la boca, sino un beso en el cuello que dejó una marca indeleble durante un par de días. Tras aquello unas palabras de que al día siguiente estaría sola en casa…

Y eso fue lo que hice al día siguiente, ir a su casa, recibir más de dos besos, calmar por fin mi ansía de probar su sabor, de beber la miel de sus labios, apagar mi deseo de perderme en las curvas de su cuerpo, de acabar la batalla del amor exhaustos mientras disfrutaba de su cuerpo al otro lado de la cama… pero sobre todo saber que su indiferencia era sólo una apariencia que desde aquel momento deberíamos guardar los dos para siempre.

1 de octubre de 2009

Leves Noticias


La semana pasada prometí que volvería con un texto largo, todos lo recordaréis. Pero desgraciadamente ha pasado más de una semana y no he podido hacer la entrada que os prometí, aunque no es menos cierto que tengo varios temas pensados desde hace mucho, pero mis musas siguen juguetonas y no se me acercan para ayudarme. Además, la falta de tiempo. Ya he empezado la facultad de nuevo, y aunque no lo parezca cuesta asimilarse al nuevo horario (a las 12 de la mañana acaba mi dia "libre" y empieza la rutina para irme a la facul).

Sin emgbargo, a pesar de todo en estos días no he estado muy parado del todo. He estado haciendo cosas, acabando de revisar el libro (algunas erratas, y fallos en la presentación). Así que muy pronto lo podréis tener en vuestras manos, siempre que queráis, mientras tanto, en El Mismo Lugar he habilitado un par de apartados para Imágenes y otro para Fragmentos. Podéis pasaros y ver cómo va a ser, siempre grosso modo. Además, gracias a la ayuda desinteresada de Rachid El Hour y Juan Ortega, dos grandes personas y mejores profesionales que conocí en Archidona durante el curso de Málaga y Los Omeyas, tengo traducidas al árabe las frases que necesitaba para En Tiempos de Allah.

Junto a esto he intentado colaborar con una amiga de Periana para su blog dedicado a Las Mayoralas. Dónde he colaborado ha sido en una entrada sobre una foto que ya publicó, no he hecho nada extraordinario, sólo preguntar, ella y algunas personas más de Periana están luchando por darlo a conocer, y si en algo les puedo ayudar lo haré. Aquí tenéis mi colaboración.

De verdad que espero poder volver a escribir algún relato lo antes posible, pero no tengo mucho tiempo. Espero que sepais perdonarme. Y varias cosas, en la entrada anterior comenté la razón de porqué dos segundos y no más o menos. Y espero que os guste la canción, ;)

No tengas en cuenta mis lágrimas, pues hánse brindado para evitarles a tus ojos derramarlas ya que ahora ellos deben permanecer hermosamente abiertos por lo mucho que han de mirar y de ver.


M. Lasala